A México por Ruta 2

El hombre venía por la ruta 2 de regreso a Buenos Aires. De pronto, cuando había decidido detenerse para tomar un café y despabilarse, vio una extraña luz que se le venía encima. No parecía otro auto, mas bien parecía venir desde el cielo. Intentó esquivarla y se fue a la banquina. Despertó con su auto chocado en una ciudad que no conocía. Estaba en el DF de México. Nada tenía sentido para Carlos esa noche; había partido desde Mar del Plata con su viejo y querido Fiat 125, un compañero de aventuras que nunca le fallaba. Había pasado los últimos días arreglando los temas legales de la pobre herencia que su tío Francisco la había dejado. El viejo navegó por todo el mundo a bordo de los buques mercantes más grandes que los mares hayan visto, acumuló paisajes e historias, a veces tan increíbles como sus relatos de haber luchado contra las tormentas y guiado a sus hombres para salir de las más terribles tempestades. Sin duda era un líder entrañable y experimentado. ¿Capitán...